Por. Alfredo Colque Machicado
Con tanto político mentiroso y corrupto en Tarija, me pregunto ¿en qué quedó el legado de nuestros libertadores?, no se pero ahora creo que eso ya no importa, su espíritu ya no existe y si alguna vez tuvieron uno, éste se ha esfumado, se ha ido, por culpa de estos políticos que hicieron de Tarija un nido de serpientes , una verdadera jaula de ratas
y si creen que esto cambiará el próximo 7 de marzo piénsenlo señores, nada cambiará si nosotros no hacemos ese cambio.
Es difícil de aceptar pero parece que la mayoría de los tarijeños se han acostumbrado a vivir en ese pantano de la corrupción, si no me creen recuerden que la frase (Roba pero hace) es algo que ahora lamentablemente parece que nos caracteriza, se ha convertido en algo tan tradicional como el saice, el rosquete o el vino, la repetimos con tanta naturalidad que ni vergüenza sentimos. *Nos roban de frente, pero igual los elegimos como autoridades para que nos sigan robando, vean la lista de candidatos.*
Pero YO igual que vos no lo acepto, porque no quiero seguir viviendo en este fango de pobreza y desigualdad social creado por políticos corruptos, por eso he decidido luchar haciendo escuchar mi vos y gritar que aquí estoy para enfrentar el fuego y ahí están los otros escondiéndose tras la mentira de esos políticos corruptos e incapaces, en que bando estás tú?
Y lo aré consciente de qué hay gente que premia a los corruptos y castigan a quienes decimos la verdad, pero además queremos otro destino para Tarija
Porque cuando la mierda llega el cuello hay algunos que corren y se esconden, pero habemos otros como nosotros, como tú y yo, que nos quedamos a enfrentar y quitar esa mierda.
Y así digan o hagan lo que sea en nuestra contra debemos hacerles saber que nuestra honestidad está intacta y ésta no se negocia, no es negociable, porque somos hombres y mujeres íntegros, que conocemos es cuál es el camino correcto, nuestra honestidad no está en venta, ni por dinero fácil o trabajo inmerecido, no van a comprarnos y mucho menos cambiar lo que pensamos.
Porque nuestra, porque mi integridad NO está en venta.
El Economista 