Corrupción, maldita corrupción.

Por: Alfredo Colque Machicado.

Éste es un tema delicado, un tema complejo, es un tema difícil, un tema serio, es un tema que además nos atañe a todos porque todos en algún momento hemos sido víctimas o a veces cómplices de la corrupción y no podemos negar eso.

No podemos negar por ejemplo cuando damos una coima (mordida o soborno) a un policía para evitar una boleta de tránsito, o cuando pagamos a un servidor público para que este agilice algún trámite, no podemos negar incluso que hemos sido cómplices de los políticos cuando dejamos que estos nos roben una, otra y otra vez, incluso después que salen del poder volvemos a reelegir a los mismos de siempre para que nos sigan robando.

Pero ojo, no olvidemos nunca que la corrupción es de quien corrompe y de quien se deja corromper.

Por eso la corrupción cuando no se castiga esta se hace cotidiana y la sociedad la naturaliza, sabemos que robar no está bien, pero la aceptamos como algo normal, tanto que si alguien no roba del Estado es un tonto.

Así de mal estamos, pero no hay que resignarse, es posible cambiar eso, pero para lograrlo hay que luchar en contra de la corrupción y de los corruptos, porque ellos son el peor cáncer de cualquier sociedad y es nuestro deber acabar con esta enfermedad y eso are yo a pesar de las críticas a mis opiniones en contra de la corrupción política y empresarial por una Tarija y por una Bolivia sin corrupción.

He decidido seguir y no resignarme, no callarme, no puedo ser conformista como el resto y guardar silencio cómplice para que nada cambie, hay que levantar la voz y yo lo are incluso si soy el único que está gritando, el único que está protestando, el único que denuncia la corrupción.

No hay que resignarse, no hay que callarse y yo no lo are, a pesar de que muchos, incluso amigos me dicen déjalo no seas tonto para que denuncias, en Tarija, en Bolivia no va a cambiar nada, no te hagas mala sangre, no te pelees, no ves que nadie te escucha, nadie te lee, nadie te sigue y posiblemente sea cierto, pero a pesar de todo eso no voy a resignarme, no voy a rendirme, no voy a callarme, yo voy a seguir haciendo escuchar mi voz, porque tengo un compromiso moral en contra de la corrupción y de los corruptos, es por esta razón que definitivamente no me voy a callar y cada día are escuchar mi voz con mas fuerza en contra de los corruptos y la corrupción, maldita corrupción.

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