¿Políticos, empresarios o ciudadanos?

Por. Alfredo Colque Machicado*

La gran diferencia entre aquellos países que crecen económicamente, se desarrollan y están en mejores condiciones de enfrentar los grandes desafíos que se les presentan en materia de salud, educación, infraestructura, seguridad, etc., radica en sus políticos, empresarios y ciudadanos de alta calidad.

Fundamentalmente en políticos y empresarios que no quieren entender que las transformaciones necesarias no se construyen con promesas electorales sino que requieren de una buena formación académica, sino además y sobre todo, de sentido común para trabajar en equipo. Sin embargo y lamentablemente, desde la caída de la dictadura y estas más de tres décadas de democracia, nuestros empresarios no se han dado por enterados de que viven sometidos a los políticos y ambos sometiendo a toda la ciudadanía al nefasto círculo vicioso del autoengaño, lo cual ha tenido como resultado el grave atraso del país en muchas cosas, las mismas que se reflejan sobre todo en los altos niveles de pobreza y desigualdad económica y social.

A mi modo de ver, esa limitada visión política, que no va más allá de los intereses propios y del partido político al que representan y sirven, o del cual se sirven, les ha impedido visualizar un escenario más amplio y a entender que los cambios que el país necesita no se pueden llevar a cabo, en primer lugar,  en un solo periodo presidencial, ni por un solo partido en función de gobierno, en segundo lugar, sino en sucesivos mandatos, pero sobre todo con entendiendo que para esto es fundamental la participación de absolutamente todos.

Es allí donde yo veo el constante y terrible fracaso de nuestros políticos y empresarios, que no han logrado entender que el día de mañana cualquiera de ellos, al frente del Poder Ejecutivo, en cualquier nivel de Estado puede necesitar el apoyo de los demás, es decir de la ciudadanía, para continuar o comenzar un proceso de cambio, tan necesario y urgente hoy, de manera que Bolivia no siga siendo visto como un país políticamente dividido, que no se merece el respeto de las demás naciones del planeta, sobre todo de la región, por culpa de sus políticos.

A nivel del Departamento de Tarija la realidad es igual o incluso mucho peor, demás está decir que sacar una buena ley se halla en manos de los Asambleístas Departamentales, o la ejecución del algún programa o proyecto de impacto está en manos del ejecutivo departamental, pero lo único que hacen ambos es obstaculizar y seguir postergando indefinidamente mejores días para el Departamento.

Este egoísmo no solamente es una conducta natural de nuestros políticos, sino ya incluso de toda nuestra sociedad, eso de jalarse los pies es parece “esencia característica” de los tarijeños es decir de no dejar a otro que haga lo que “nosotros no podemos o queremos hacer”, justificando que todo lo que el otro haga está mal. Sin embargo, aquí caben algunas preguntas ineludibles: ¿Quiénes somos “nosotros”?, quienes son aquellos que no permiten que nuestra sociedad salga del hueco en el que parece encontrarse eternamente, quienes son aquellos que no permiten que Tarija se desarrolle y progrese ¿Los políticos, empresarios o ciudadanos?.

 

* Economista Máster en Economía del Gas y Petróleo

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